viernes, 5 de junio de 2020

Retos de las bibliotecas dominicanas ante la pandemia COVID-19

 De acuerdo con el informe digital ‘Global Internet Use Accelerates (2019)’, República Dominicana cuenta con más de 6.9 millones de usuarios de Internet, lo que representa el 64% de la población del país. El Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL) registra para el mes de junio del mismo año la cifra de 7.8 millones de personas conectadas a Internet. De estos datos se desprende que existe una importante población conectada y activa a través de dispositivos móviles y de las redes sociales. Se trata de una oportunidad que los profesionales bibliotecarios pueden y deben aprovechar en esta época de distanciamiento social para desarrollar e incrementar servicios virtuales de rigor científico en los portales de las bibliotecas.

Marquina (2013) destaca que las bibliotecas se enfrentan a la realidad de que los usuarios van a solicitar cada vez más servicios en línea y harán más uso de recursos digitales que impresos. Es hora de preguntarnos si los servicios virtuales y digitales de las bibliotecas dominicanas responden a las necesidades y demandas del momento, ya que los usuarios en esta ocasión se inclinan más a demandar servicios virtuales para el estudio y la investigación. Estamos frente a una situación de emergencia sanitaria y, por ende, ante la pandemia que abate al mundo es lógico que la educación virtual experimente un mayor incremento en el país.

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martes, 2 de junio de 2020

Emelda Ramos: “Me siento como pez en las aguas de la narración”

 Emelda Ramos no ha tenido que salir de su tierra natal, Salcedo, para transcender en el ambiente cultural como escritora e investigadora de variados registros que confiesa sentirse como pez en las aguas de la narrativa, campo al que le ha aportado atrayentes historias y otros productos de su inquebrantable labor intelectual.

En su amplio recorrido por las letras también la educadora dominicana, seducida por la palabra, ha incursionado en la escritura de narrativa infantil, y confiesa que la reta llevar a los más pequeños en una aventura, con el sostenido impulso con que en su infancia la conducían cuentos maravillosos.

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