La Cámara de Diputados acaba de aprobar, por fin, el proyecto de Ley del Libro y Bibliotecas. Otro similar, que introdujo hace más de dos años el entonces presidente del Senado Andrés Bautista, perimió.
Ahora se presentó por iniciativa de la licenciada Cristina Lizardo, vicepresidenta del Senado, maestra de larga data, presidenta de la comisión de Educación y Cultura, trabajadora incansable y una legisladora que, durante todo el año, propicia la visita de miles de estudiantes al Congreso para que reciban explicaciones sobre ese poder del Estado y la Constitución Dominicana. La pieza fue dada a conocer hace un par de años por el secretario de Cultura, José Rafael Lantigua, quien buscó opiniones de los sectores correspondientes y trajo a especialistas y técnicos colombianos del CERLALC. Es, pues, una ley consensuada.
Se trata de un sueño largamente acariciado por todos los sectores culturales del país que, en más de una ocasión, se reunieron en Palacio Nacional con el presidente Leonel Fernández, para explicarle la situación en que se encontraban. En esos encuentros los libreros manifestaron al mandatario las dificultades que confrontaban con las bajas en las ventas y el aumento de los impuestos; así como con el elevado pago de los aranceles aduanales y el recargo cambiario.
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