El día 24 de octubre se celebra el día del bibliotecario, con tal motivo quiero compartir mi satisfacción por pertenecer a una profesión emocionante y llena de misiones, anhelos y esperanzas.
Un libro ha salvado más vidas que una espada y algún que otro hospital. Somos tigres y palomas de papel, leemos en piedra, tosco barro, madera, piel, metal, papiro, pergamino y papel junto a otras superficies tangibles. Y ahora nos damos a lo intangible con tal de leer entre pantallas. Mañana, que es ya mismo, estaremos descubriendo que la ficción literaria de la máquina del tiempo nos contaba la verdad al hablarnos de paneles holográficos para recuperar la historia colectiva.
Nos perdimos el big bang o la creación pero pudimos leerlo, estuvimos entre las especies cultivadas a rescatar en el arca de Noé. Somos los eternos navegantes con derecho a síndrome de Diógenes, somos colaborativos, participativos, solidarios, enredados, leídos de derecha a izquierda y de izquierda a derecha e incluso de arriba a abajo y de abajo arriba sin que la banda este borracha, y aun nos sorprendemos de leer entre líneas. Damos paz, diversión, entretenimiento, cultura y ciencia sin ocupar lugar. Leemos y procuramos dar lectura a tirios y troyanos sabiendo que la pipa de la paz dura más que el hacha de guerra. No necesitamos perdiciones porque somos un caso perdido y aunque podamos ser bienintencionados maleantes (de hacerlo mal) no somos vagos. Dejamos hacer y pasar porque necesitamos airearnos al igual que los libros y porque sabemos que lo nuestro es pasar.......pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar.
Felicidades, amigos.Un libro ha salvado más vidas que una espada y algún que otro hospital. Somos tigres y palomas de papel, leemos en piedra, tosco barro, madera, piel, metal, papiro, pergamino y papel junto a otras superficies tangibles. Y ahora nos damos a lo intangible con tal de leer entre pantallas. Mañana, que es ya mismo, estaremos descubriendo que la ficción literaria de la máquina del tiempo nos contaba la verdad al hablarnos de paneles holográficos para recuperar la historia colectiva.
Nos perdimos el big bang o la creación pero pudimos leerlo, estuvimos entre las especies cultivadas a rescatar en el arca de Noé. Somos los eternos navegantes con derecho a síndrome de Diógenes, somos colaborativos, participativos, solidarios, enredados, leídos de derecha a izquierda y de izquierda a derecha e incluso de arriba a abajo y de abajo arriba sin que la banda este borracha, y aun nos sorprendemos de leer entre líneas. Damos paz, diversión, entretenimiento, cultura y ciencia sin ocupar lugar. Leemos y procuramos dar lectura a tirios y troyanos sabiendo que la pipa de la paz dura más que el hacha de guerra. No necesitamos perdiciones porque somos un caso perdido y aunque podamos ser bienintencionados maleantes (de hacerlo mal) no somos vagos. Dejamos hacer y pasar porque necesitamos airearnos al igual que los libros y porque sabemos que lo nuestro es pasar.......pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar.
Ángel Luis Calle
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